Los habitantes de Castropodame han alzado su voz en contra de la instalación de una planta de biogás a escasos 770 metros de sus hogares. Esta iniciativa ha generado un fuerte rechazo en la comunidad, que teme que la zona se convierta en un «estercolero» saturado de residuos orgánicos y que emane olores pestilentes que afecten la calidad de vida de los vecinos.
Además, preocupa el aumento del tránsito diario de camiones que transportarían los desechos hasta la planta, generando molestias y posibles riesgos para la seguridad vial en la zona. Los residentes de Castropodame se encuentran en pie de guerra y han manifestado su determinación de luchar contra este proyecto que consideran perjudicial para su entorno y bienestar.
La controversia ha dividido a la comunidad, con posturas enfrentadas entre aquellos que ven en la planta de biogás una oportunidad de desarrollo económico y los vecinos preocupados por las posibles consecuencias negativas que podría traer consigo. La tensión se mantiene en aumento mientras se espera una resolución que satisfaga a ambas partes involucradas en este conflicto.