En un enfrentamiento entre la naturaleza y el progreso, el Páramo del Sil se erige como defensor de su biodiversidad ante los planes de Repsol de instalar molinos eólicos en la zona. El valioso ecosistema, habitado por osos pardos y urogallos, se encuentra amenazado por el desarrollo de varios proyectos que prometen alterar su equilibrio natural.
Ante la resistencia del Ayuntamiento a dar luz verde a los planes de Repsol, la empresa petrolera ha optado por una estrategia de negociación poco convencional: ofrecer una inyección económica al Ponfeblino, el tren turístico de la región, a cambio de la autorización para llevar a cabo sus proyectos eólicos.
Esta situación ha generado un intenso debate entre los defensores del medio ambiente y aquellos que ven en la inversión de Repsol una oportunidad de desarrollo económico para la zona. Mientras tanto, el Páramo del Sil se mantiene firme en su postura de proteger su riqueza natural, desafiando a los intereses comerciales que buscan transformar su paisaje para obtener beneficios a corto plazo.