En un inesperado y sorprendente acuerdo, las compañías eléctricas Iberdrola, Naturgy y Endesa han unido fuerzas para solicitar al Gobierno que retrase el cierre de la central nuclear de Almaraz. Esta inusual alianza entre competidores directos busca persuadir a las autoridades para que permitan que la planta continúe operando hasta el año 2030.
La central nuclear de Almaraz, ubicada en la provincia de Cáceres, ha sido objeto de debate y controversia en los últimos años debido a su antigüedad y a las preocupaciones sobre su seguridad. Sin embargo, las empresas eléctricas argumentan que la prolongación de la vida útil de la central es fundamental para garantizar el suministro eléctrico en España y evitar un posible aumento en el costo de la energía.
Ahora, la pelota está en el tejado del Gobierno, que tendrá que tomar una decisión crucial sobre el futuro de Almaraz. ¿Se inclinarán las autoridades por las peticiones de las compañías eléctricas o priorizarán la seguridad y el medio ambiente? La respuesta tendrá un impacto significativo en el sector energético y en la política ambiental del país.
