La ministra de Vivienda ha manifestado su firme postura en contra de culpar a la inmigración por los problemas actuales en el país. En un claro mensaje, ha calificado de ruin y reprochable la actitud de señalar a los inmigrantes como responsables de las dificultades en el sector de la vivienda. De esta manera, la ministra ha defendido la importancia de abordar el problema desde una perspectiva más amplia y justa, evitando caer en discursos xenófobos y discriminatorios. Esta declaración ha generado un debate en la opinión pública sobre la necesidad de promover un enfoque inclusivo y solidario en la sociedad, reconociendo la diversidad como un valor y no como una amenaza.
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