La tensión entre la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Transportes ha alcanzado un nuevo punto álgido tras el rechazo por parte de la comunidad autónoma al plan propuesto por el ministro José Luis Ábalos. Según fuentes de la Junta, el plan presentado por el Gobierno central carece de una financiación «adecuada» y solo contempla un horizonte temporal de dos años.
Ante esta situación, desde Castilla y León se ha instado a que las negociaciones sobre el mapa de transportes se trasladen a la Conferencia Sectorial correspondiente, en un intento por buscar un consenso que satisfaga las necesidades de la región. La postura de la Junta es clara: se demanda un plan que garantice una financiación suficiente a largo plazo para poder afrontar los retos en materia de transporte de manera efectiva.
La discrepancia entre ambas partes pone de manifiesto las diferencias de criterio en torno a las políticas de transporte y movilidad, generando un escenario de incertidumbre respecto al futuro de las infraestructuras y servicios en Castilla y León. La negociación en la Conferencia Sectorial se presenta como el escenario idóneo para buscar soluciones consensuadas que beneficien a la ciudadanía y garanticen un desarrollo equitativo en materia de transporte en la región.
