El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha ratificado el despido disciplinario de un patrón de pesca que operaba desde Portosín, tras desobedecer instrucciones y exceder los límites de captura de caballa en el puerto de Ondarroa. El incidente se originó cuando el patrón declaró 16.450 kilos de caballa, pero una inspección reveló que transportaba 21.654 kilos, un 31,6% más de lo permitido.
El patrón, Oscar Carreño, trabajaba para una empresa con base en Portosín, con operaciones en el Cantábrico. Fue despedido por atracar en el mismo puerto que otro barco de la misma empresa, faenando por encima de los cupos reglamentarios. La empresa detectó la infracción y, tras ser verificada en Ondarroa, procedió al despido.
El caso también resultó en una multa de 11.000 euros, afectando tanto al patrón como a la empresa armadora. El patrón intentó recurrir su despido alegando falta de audiencia previa y manipulación de pruebas, pero tanto el Juzgado de lo Social de Santiago de Compostela como el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia desestimaron su demanda.
Este caso establece un precedente en el sector pesquero español, subrayando la importancia de la disciplina y la coordinación entre armadores y patrones. El fallo judicial refuerza la seguridad jurídica de los armadores, estableciendo que el patrón no puede actuar unilateralmente ni contravenir las instrucciones empresariales, especialmente en lo referente a la descarga y cuotas de captura.
Es un caso típico en la actualidad, la administración sanciona a empresas por actos realizados por un empleado y que la propiedad de la compañía no puede controlar ni evitar.
Las leyes deben adaptarse y ser justas con quienes generan empleo y riqueza, no contra ellas. Situaciones inverosímiles de esta España tan Europea.
