El alcalde de León ha sido protagonista de una polémica en la ciudad tras instalarse un nuevo radar en la zona de Eras sin seguir los protocolos habituales. El dispositivo, que empezó a multar el pasado 19 de junio, ha levantado sospechas al no contar con el informe de la Policía Local que respalde su ubicación y funcionamiento.
Los residentes de la zona se han visto sorprendidos al descubrir que ahora deben respetar una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora en un área que antes no contaba con restricciones. Algunos vecinos han expresado su malestar al considerar que esta medida parece más un capricho del alcalde que una necesidad real de seguridad vial.
Esta decisión ha generado debate en la ciudad y las críticas no se han hecho esperar, cuestionando la transparencia y legalidad del proceso de instalación del radar. Los ciudadanos exigen explicaciones claras y que se respeten los procedimientos establecidos para este tipo de actuaciones, con el fin de evitar posibles abusos de poder y garantizar la confianza en las autoridades locales.