En un emotivo acto que combina la devoción religiosa con la conciencia ambiental, el Viacrucis del Cristo de Otero alcanzó su culminación en la cima del Monte Pajariel. La procesión, que recorre el camino de la Pasión de Cristo, brindó a los participantes y espectadores unas vistas espectaculares de este entorno natural único y de la majestuosa ciudad de Ponferrada desde las alturas.
Este evento anual, que reúne a cientos de fieles y amantes de la naturaleza, se ha convertido en un símbolo de respeto por el medio ambiente y de veneración hacia la figura de Cristo. A lo largo de la ruta, se respira una atmósfera de recogimiento y contemplación, en la que la belleza del entorno se fusiona con la espiritualidad de la celebración.
El Viacrucis del Cristo de Otero se consolida así como una tradición arraigada en la comunidad local, que atrae a personas de todas las edades y procedencias en un acto de unión y reflexión conjunta. Desde lo alto del Monte Pajariel, se pueden apreciar no solo las cruces que marcan el recorrido, sino también la inmensidad de un paisaje que invita a la contemplación y al agradecimiento por la belleza de la creación.
En tiempos donde la protección del medio ambiente es una prioridad global, iniciativas como esta cobran especial relevancia al promover la armonía entre la fe y la naturaleza. El Viacrucis del Cristo de Otero es, sin duda, un ejemplo de cómo la tradición puede adaptarse a los valores contemporáneos, recordándonos que la espiritualidad y el respeto por el entorno van de la mano en la búsqueda de un mundo más sostenible y equilibrado.
