El abrupto cierre de la planta de LAR ha generado una crisis inesperada en las ganaderías de Babia y Omaña, dejando a los productores sin el servicio de recogida de sus productos. Ante esta situación, las organizaciones agrarias han levantado la voz y demandan una intervención urgente de la Junta y la Diputación para encontrar una solución que evite el colapso de estas importantes actividades económicas en la región.
La falta de alternativas viables para el transporte de los productos ganaderos ha generado preocupación entre los ganaderos, quienes temen por el impacto económico que esta situación pueda tener en sus negocios. Además, la incertidumbre sobre el futuro de la planta de LAR y la falta de comunicación por parte de la empresa han contribuido a agravar la crisis en el sector.
Ante este panorama, las organizaciones agrarias exigen que las autoridades regionales asuman su responsabilidad y se involucren activamente en la búsqueda de soluciones que permitan restablecer el servicio de recogida de productos ganaderos en la zona. La colaboración entre el sector privado y las instituciones públicas se presenta como la única vía para evitar un desastre económico en una región que depende en gran medida de la actividad ganadera.
