En un contexto marcado por la precariedad laboral en diversos sectores, la restauración en Castilla y León emerge como un oasis de estabilidad. Según datos recientes, ocho de cada diez contratos en este sector son fijos, lo que representa un indicador alentador en medio de la incertidumbre económica actual.
Además, se destaca que el 72% de estos contratos son a jornada completa, lo que supone una garantía para los trabajadores de contar con un empleo estable y con una carga horaria adecuada. Estas cifras contrastan con la tendencia nacional, donde la precariedad laboral sigue siendo una realidad palpable en el mercado laboral.
Desde 2019, el número de afiliados a la Seguridad Social en el sector de la restauración en Castilla y León ha experimentado un crecimiento del 2,75%, alcanzando la cifra de 66.544 trabajadores. Aunque esta subida es menor que la registrada a nivel nacional, donde el aumento fue del 8%, es un indicio positivo que refleja la solidez y la buena salud del sector en la región.
Estos datos ponen de manifiesto la importancia de promover políticas laborales que fomenten la estabilidad y la calidad en el empleo, especialmente en un sector tan relevante como el de la restauración, que juega un papel crucial en la economía y la sociedad castellanoleonesa.
