Una mujer fue detenida por la Guardia Civil tras ser acusada de rociar con ácido corrosivo a su exmarido, en un escalofriante acto de venganza. Este espeluznante incidente ocurrió después de que la misma mujer intentara envenenar a su ex pareja, regalando chocolates envenenados a sus propios hijos como medio para llevar a cabo su macabro plan.
El segundo ataque, que tuvo lugar en agosto, ha sido finalmente resuelto gracias a la laboriosa investigación llevada a cabo por las autoridades. Se ha revelado que la mujer ya había sido condenada a 12 años de cárcel por el primer ataque, demostrando así la peligrosidad de sus acciones y la gravedad de sus intenciones.
Este trágico suceso pone de manifiesto la importancia de la prevención y la protección en casos de violencia de género, así como la necesidad de una justicia efectiva que garantice la seguridad y la integridad de las víctimas. La detención de la agresora marca un paso en la lucha contra la violencia doméstica, pero también nos recuerda la crueldad que puede llegar a alcanzar la mente humana en situaciones extremas.