En un emotivo cierre, la localidad de La Bañeza puso fin a su celebración de Carnaval entre lágrimas y recuerdos. El último día de fiestas estuvo marcado por el tradicional entierro de la sardina, un acto cargado de simbolismo que congregó a cientos de vecinos del municipio.
La atmósfera de despedida se apoderó de las calles mientras los asistentes acompañaban el cortejo fúnebre de la sardina, símbolo del fin de la festividad y el regreso a la rutina. Entre risas y nostalgia, los bañezanos se despidieron de unos días de jolgorio y colorido, dando paso a la reflexión y la vuelta a la cotidianidad.
A pesar de las lágrimas que brotaron en este momento de despedida, la comunidad de La Bañeza demostró una vez más su unión y espíritu festivo, celebrando juntos la culminación de unas fiestas que quedarán grabadas en la memoria colectiva.