España ha logrado sortear un duro golpe económico gracias al fuerte impulso del turismo y la relativa debilidad de su sector industrial frente a los aranceles impuestos por Estados Unidos. A pesar de la incertidumbre global y la desaceleración económica que se percibe a nivel internacional, el país se consolida como uno de los motores de la zona euro.
El sector turístico español ha jugado un papel fundamental en la resistencia a los embates arancelarios, atrayendo a millones de visitantes extranjeros que han contribuido significativamente a la economía nacional. Por otro lado, la debilidad de la industria española ha sido un factor que ha permitido mitigar los efectos de los aranceles, al no depender en gran medida de exportaciones a Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de esta aparente fortaleza, se vislumbran efectos indirectos por la desaceleración económica global que podrían impactar a la economía española en el futuro. Es fundamental que el país se mantenga alerta y busque diversificar sus fuentes de ingresos para hacer frente a posibles crisis venideras.
En definitiva, España ha logrado capear el temporal gracias a la fortaleza de su industria turística y la relativa debilidad de su sector industrial, pero el panorama económico global sigue siendo incierto y requerirá de medidas preventivas por parte de las autoridades para mantener el rumbo de crecimiento.
