La hostelería se consolida como un sector resiliente, manteniendo el pulso al tiempo y logrando reducir al 10% la anulación de reservas. Los hoteles de la capital se preparan para un puente con una ocupación del 85% en promedio, una cifra alentadora que contrasta con el descalabro sufrido en el año 2024. Mientras tanto, el turismo rural continúa demostrando su atractivo, sosteniendo una ocupación del 90% a pesar de la climatología adversa. Las expectativas son positivas y se espera un balance satisfactorio para este periodo. La industria turística demuestra una vez más su capacidad de adaptación y resistencia ante los desafíos, ofreciendo a los viajeros experiencias memorables y contribuyendo a la reactivación económica del sector.
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